Sobre la calle Soler al 5662, en el barrio de Palermo, abrió el primer lugar de encuentro de la cultura cañamera con la exhibición de sus productos al público.
La fecha elegida simboliza los primeros pasos cuando el cáñamo era pensado como una industria nacional pujante. En la conmemoración de la Revolución de Mayo, se hizo honor a Manuel Belgrano, quien proponía aprovechar las utilidades del cáñamo en la época colonial.
A pedido de las organizadoras, Diana Berreneche (Proyecto Cáñamo) y Paloma Sneh (Consultora Latinoamericana), se entonaron las estrofas del Himno Nacional. Quienes además recordaron que se realizará la Expo Cáñamo del 2 al 4 de septiembre en San Luis.
Además de la efeméride, la inauguración llega un día después de que el Gobierno promulgara la Ley de Industria para la producción de cannabis medicinal y cáñamo en sus usos productivos. El museo cuenta con distintos productos derivados del cáñamo, como cosméticos, remeras, riñoneras, e hilado.
Los días para la visita serán jueves y sábados de 16 a 20hs, con entrada libre y gratuita. Además se realizarán visitas guiadas y diversos talleres. La propuesta apunta a ser un lugar de encuentro para mostrar “que se puede desarrollar una nueva industria”, comentaron en la inauguración.
La nueva ley 27699 de industrialización crea la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), que tendrá como función –entre otras- regular la importación, exportación, cultivo, producción industrial, fabricación, comercialización y adquisición de semillas, de la planta de cannabis y de sus productos derivados con fines medicinales o industriales.
Según expresó la diputada Mara Brawer, durante la sesión de Diputados del 5 de mayo “más de 25 mil productos se hacen con cáñamo y cannabis, ya que la planta se usa en su totalidad desde la raíz, el tallo, las hojas, las flores y la semilla”.
Entre los diversos usos del cáñamo se destaca la industria textil; el bioplástico para la producción de envases o autopartes; la impresión de papel; la bioconstrucción con ladrillos de hemp con mejor efectividad aislante; el aceite con utilidades en cosméticos, alimentos y lubricantes.
Para completar el círculo de beneficios que presenta el cáñamo, se conoce que la plantación tiene propiedades fitorremediadoras. Así lo confirmaron estudios realizados por el investigador Slavik Dushenkov en 1998 sobre los restos de la explosión en la central nuclear Chernobyl.
En la nueva norma queda aclarado que la ARICCAME expedirá autorizaciones sobre la industria del cáñamo a diferencia de las licencias para el cannabis medicinal. Este tratamiento diferenciado traerá una menor burocracia sobre el control de la cosecha de cáñamo con fines industriales.
La primera evidencia de uso de cáñamo se remonta alrededor de 8.000 años A.C. En Asia se utilizaban sus fibras en la cerámica y luego la utilizaron para hacer ropa, cuerdas, zapatos y papel. En el año 500 D.C el cáñamo, ya se había expandido completamente por toda Europa y Asia, donde se usaba para cuerdas, textiles o medicinas –entre otros usos-.
Y quién sabe, sin el cáñamo, quizá Cristóbal Colón podría no haber llegado a América. En todos los barcos de esa época, las velas, redes y cuerdas estaban hechas de cáñamo, para evitar que se pudran con la salitre del océano. La industria del cáñamo proporcionó una base importante para el dominio económico, militar y político de Europa.
Es por esto que nuestro prócer nacional, Manuel Belgrano, como secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires (1795-1809) escribió en sus memorias las bases del progreso industrial basado en la agricultura: “Utilidades que resultarán a esta Provincia y a la Península del cultivo de lino y cáñamo”.
Entre 1950 y 1977 en Jáuregui, Luján, la compañía Linera Bonaerense fundada por el belga Joris Steverlynck, mantuvo la siembra de 400 hectáreas. Fue el último registro de cáñamo nacional en Argentina hasta que la dictadura la cerró y puso preso a su presidente.