La planta de cannabis sativa o marihuana tiene varios usos terapéuticos y medicinales. Históricamente ha sido utilizada como medicamento, fuente de alimento y diversas tradiciones espirituales y culturales.
Los cogollos, o flores de la planta femenina (hembra), son los que concentran la mayor cantidad de compuestos para uso medicinal. Entre los principales se encuentran los cannabinoides, los terpenos y los flavonoides, producidos de manera natural por la planta.
CANNABINOIDES
Son las sustancias químicas encargadas de activar el sistema fisiológico llamado endocannabinoide presente en el cuerpo y cerebro de todos los mamíferos incluidos los seres humanos. Dicho sistema tiene como misión regular el buen funcionamiento del resto de los sistemas que forman parte del organismo.
Los cannabinoides son un grupo de sustancias muy amplio y diverso. Actualmente se dividen en tres tipos: Los endocannabinoides, producidos naturalmente por los mamíferos; Los fitocannabinoides, sintetizados naturalmente por la planta de cannabis; Por último, se encuentran los cannabinoides sintéticos, es decir, aquellos que son creados en un laboratorio.
En el caso de los fitocannabinoides hasta el momento se han identificado alrededor de 100 distintos. Entre los principales se encuentran el Delta-9-tetrahidrocannabinol (nombre por su formulación química) popularmente conocido con las siglas THC. Es el principal componente estimulante y psicoactivo de la planta. Actúa como euforizante, analgésico, antiemético y antiinflamatorio. Por otro lado, está el Cannabidiol o CBD conocido por sus múltiples usos terapéuticos como ansiolítico, antipsicótico, analgésico y antiespasmódico. Otro conocido es el Cannabinol o CBN, que actúa como sedante, anticonvulsivo, antiinflamatorio y se produce cuando el THC entra en proceso de oxidación. También está el Cannabicromeo o CBC. En este caso, actúa como intensificador del THC y se usa como antiinflamatorio, antimicótico y analgésico.