Desde el INASE indicaron que entienden la gravedad de la situación pero aseguran que si la Agencia no otorga las licencias de cannabis ellos no pueden renovar las categorías.
La industria del cannabis se encuentra en horas cruciales y la incertidumbre es total, este sábado 31 de mayo vence la extensión del plazo otorgado por el Instituto Nacional de Semillas (INASE) para los criaderos que necesiten renovar las categorías que les permiten trabajar con cannabis. De no haber novedad, los criaderos que tengan semillas registradas no podrán mantener el material genético porque desde el 1 de junio entrarían en conflicto con la ley penal.
Según indicaron, tras bloquear los usuarios de los operadores que trabajan con la planta, para renovar las categorías hay que tener una licencia de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME). Las mismas, establecidas en la Resolución 1/2024 en agosto del año pasado, son la agrícola y la industrial para trabajar con cáñamo y dejan afuera el cannabis medicinal.
En este contexto, desde INASE señalan que si la ARICCAME, comandada por el interventor Ignacio Ferrari, no otorga las licencias de cannabis, ellos no le pueden dar la renovación de las categorías a los criaderos porque es la Agencia el órgano encargado de regular todo lo que respecta a cannabis medicinal en el país.
Así las cosas, desde el organismo nacional de Semillas aseguran que entienden la gravedad de la situación y que de hecho vienen avisando desde hace varios meses las consecuencias negativas que pueden generar pero sin respuesta por parte de la Agencia.

Ante esta delicada situación es preciso recalcar que el interventor, Ignacio Ferrari, incumple con sus labores de funcionario público en función con el decreto reglamentario 833/2024 que lo nombra al frente de la Agencia.
En dicho documento el presidente de la Nación, Javier Milei, le encomienda al interventor de la agencia “poner en marcha la industria” sin ningún tipo de restricción, basándose en el decreto presidencial.
Es decir que en ningún momento se restringe la utilización del cannabis medicinal ni hace una diferenciación entre cannabis y cáñamo, sino que lo que se pide es que ponga en marcha y le dé celeridad a toda la industria de la planta en todo el país.

Sin embargo, Ferrari desconoce el mandato presidencial y hace con ARICCAME lo que le parece, cómo le parece y a sabiendas de que sus decisiones afectarán a gran parte del sector entre empresas y trabajadores aún incluso en contra de lo que el presidente le encomienda desde un principio.
Asimismo, la Agencia, en respuesta a los amparos presentados por la Cámara de la Industria del Cannabis y el Cáñamo (CAINCCA), responde que ellos no se interponen ni presentan ningún tipo de objeción para que el INASE continúe dando de alta a criaderos.
Además, una fuente que participó esta semana de la reunión entre los representantes del Consejo Federal y las autoridades de ARICCAME confirmó que Ferrari les informó que todo lo relacionado a renovaciones de criaderos depende exclusivamente del INASE.
De esta manera, mientras los dos organismos no se ponen de acuerdo y no dan una respuesta, en el camino quedan los más de 800 criaderos que desde este domingo vuelven a la clandestinidad.
INASE y ARICCAME, responsabilidades compartidas
Una industria a punto de detenerse y dos culpables a la vista ya que lo antes mencionado de la ARICCAME no le quita responsabilidades al INASE. El presidente del organismo de Semillas, Claudio Dunan, fue designado en el cargo el 19 de enero del 2024 y desde entonces hubo contradicciones con respecto al cannabis.
A mediados del mes de febrero de 2024 la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, dió aviso de una criadero ubicado en la provincia de Santa Fe que contaba con una categoría de INASE activa pero incumplía con lo permitido por el organismo para trabajar con cannabis.
A partir de ese hecho, el organismo nacional comienza a fiscalizar a todos los criaderos del país a quienes les exigía, para renovar las anualidades en marzo del 2024, que hayan tenido una auditoría del INASE.

En esa instancia, no se llegan a hacer todas las inspecciones que tendrían que haberse hecho ese año e igualmente, en marzo del 2024, el INASE renueva todas las anualidades de cerca de mil criaderos y otorga nuevas altas de criaderos.
Para marzo del 2024, ya existía la ARICCAME, el decreto reglamentario 405/23 y había resoluciones de la Agencia con respecto al otorgamiento de las licencias, además de que se habían otorgado seis permisos provisorios.
En ese momento, con la Agencia en funcionamiento, con las resoluciones vigentes, y el decreto reglamentario vigente, el INASE igualmente decidió otorgar todas las renovaciones de los criaderos y además todas las altas de todos los criaderos.
Con lo cual, a pesar de que el organismo de Semillas interpreta ahora que la ARICCAME es el órgano superior que está por encima de ellos, en ese momento también lo era y sin embargo decidieron otorgar las licencias.

Alejandro Mancuso, Secretario de CAINCCA, señaló que a principios del 2024 la interpretación del INASE era que, aunque exista ARICCAME, tenía que renovar todas las categorías.
“En septiembre nombran a Ferrari como Interventor, un tiempo después sale la resolución 1 de la Agencia en donde informan que lo único con lo que van a trabajar es cáñamo”, señaló Mancuso y agregó: ”El organismo hace una interpretación restrictiva de esa resolución y entienden que si no se especifica que se puede trabajar con cannabis ellos no pueden renovar las licencias”.
¿Qué pasa con los otros organismos que trabajan con cannabis y cáñamo?
Si bien la Agencia es la que regula el uso de la planta y el INASE tiene gran responsabilidad en la materia, no son los únicos organismos que trabajan con cannabis en todo el país.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y el Instituto Nacional de Alimentos (INAL) llevan adelante un importante trabajo con cannabis y cáñamo.
Por un lado, ANMAT otorga permisos para que los laboratorios como ELEA o ALEF elaboren productos a base de cannabis y por el otro, INAL agrega la semilla de cáñamo y sus derivados al Código Alimentario Argentino (CAA).
En este sentido, ambos organismos entienden que su trabajo está por encima de la ley 27.669 que regula la industria del cáñamo industrial y el cannabis medicinal, sin embargo, INASE, en una primera instancia, hace la misma interpretación y avanza en esa dirección pero tras la primera Resolución de ARICCAME, con firma del interventor, entiende que está por debajo de las decisiones de la Agencia y que no le corresponde esa tarea.