Al joven le secuestraron nueve plantas por tener el permiso vencido, pero el juez señaló que no era su culpa la mora de renovación.
“El Estado me está empujando a la ilegalidad”, fueron las palabras de un joven de Tucumán que había sido procesado por tenencia de estupefacientes por tener vencido el permiso del Reprocann.
El operativo, en el que la policía decomisó las plantas de cannabis del joven en su domicilio, se llevó a cabo en mayo de este año. Según indicó el hombre, el Reprocann se le venció el 14 de febrero de este año y estaba a la espera de que le aprueben la renovación.
“Consumo marihuana con fines medicinales y ahora estoy aquí defendiéndome de una acusación por culpa de la burocracia”, añadió. Después de escuchar esas palabras, al analizar las pruebas de la causa y las posturas de las partes, el juez Roberto Flores dictó el sobreseimiento del hombre, marcando jurisprudencia que podrá ser utilizada en todo el país para aplacar una polémica que tiene actualidad nacional.
Desde que se creó el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann) a fines del 2020 y comenzó a funcionar en 2021, cualquier paciente dentro del país que presente el certificado médico que confirme una dolencia, enfermedad y/o patología existente, puede cultivar un máximo de nueve plantas en floración y se autoriza el transporte de entre 1 y 6 frascos de 30 ml de derivados o hasta 40 gramos de flores secas.
La autorización tiene una duración de tres años y la renovación, en la que el solicitante debe cumplir los mismos requisitos que la inscripción, en principio debe tardar dos meses.
Sin embargo, desde fines del 2023 comenzó a haber demoras que siguieron durante este año, en algunos casos hasta más de 5 meses. Ante esta situación, el cultivador tiene dos alternativas: producirla ilegalmente o conseguirla en el mercado negro.
Las autoridades de la Nación sostienen que la tardanza se debe al análisis exhaustivo de la nómina de inscriptos que sería de más de 200.000 personas. Esa demora dejó desprotegidos a los cultivadores de todo el país.
La historia
El joven que fue absuelto, después de la pandemia, decidió vender todo lo suyo y mudarse junto a su pareja a una pequeña localidad del interior de la provincia para transformarse en artesano y cultivador de plantas medicinales.
Por padecer de estrés permanente debido a situación económica actual, que se traduce en trastornos del sueño, dolores musculares y gastritis persistente, con nerviosismo esporádico, logró obtener la autorización a cultivar cannabis para consumo con fines terapéuticos.
En mayo, la Policía le informó al fiscal de Narcomenudeo Diego Hevia sobre la posibilidad de que una persona tuviera marihuana. Con orden judicial se realizó un allanamiento donde encontraron 15 plantines, ocho plantas de más de un metro, nueve frascos con flores, crema y aceite de cannabis.
El propietario les mostró la documentación que lo habilitaba como cultivador y que estaba en pleno proceso de renovación del permiso, puesto que se le había vencido el 14 de febrero. La Justicia ordenó el secuestro de todo lo encontrado.
Ahí se inició el proceso judicial. “Pese a que nunca fue formalmente acusado, queríamos dejar bien en claro que no había cometido ningún delito”, señaló Agustina Recalde que defendió al joven junto a Patricio Char. “Además, era ilógico que lo procesaran porque producía con su propia medicina y nadie le puede negar el derecho a la salud”, agregó la profesional.
Una audiencia
El martes se hizo una audiencia para definir la cuestión. Los defensores pidieron el sobreseimiento de su asistido argumentando que no tenía que afrontar ningún proceso porque no podía considerarse como ilegal que una persona cultive su propia medicina. También solicitó que se le devuelva todo el material secuestrado.
La auxiliar Andrea Sánchez, en un primer momento, se opuso al sobreseimiento afirmando que hasta el momento no se le había formulado cargo alguno, por lo que no había acusado de delito alguno y que sólo se le había informado que se había iniciado un proceso en su contra por tenencia de estupefacientes.
Al mismo tiempo solicitó al juez Flores que se declarara la incompetencia del expediente. Fundamentó su postura al asegurar que estaría encuadrada en la figura de venta de plantas medicinales sin autorización, delito que debe ser atendido por el fuero federal.
La resolución
El magistrado resolvió rechazar las pretensiones de la representante del Ministerio Público de que se declarara incompetente al considerar como insuficientes las fundamentaciones para que se cambiara de calificación legal del expediente.
Sí consideró que el joven debía ser sobreseído por dos razones. La primera, porque a pesar de no habérsele formulado cargos, “basta con el mero señalamiento por medio de la existencia de una denuncia sea policial o judicial en la formulación de querella o bien en los actos de procedimientos realizados tanto por el fiscal como por la policía, de un sujeto como autor o partícipe de un delito”.
Por otra parte, Flores reconoció que el señalado tenía vencida la autorización del Reprocann, “su pedido de renovación aún no fue respondido en tiempo y forma por el Registro Estatal, sin que ello pueda serle atribuido en perjuicio del imputado, pues, de lo contrario ingresaríamos en el terreno del exceso de ritual manifiesto”.
El juez interviniente aceptó parcialmente la devolución de lo secuestrado solicitado por la defensa. Sí ordenó la restitución de nueve plantas y de una balanza de precisión. Ordenó que todo el otro material fuera destruido.
“Este fallo es muy importante y sí marca un precedente interesante. En este caso puntual mi defendido había solicitado antes de su vencimiento la correspondiente renovación, y la demora en la misma es una situación que escapa totalmente a los cultivadores, y en ese sentido lo entendió el juez”, finalizó Recalde.
Nota vía La Gaceta.