Cuando pensamos en plantas automáticamente lo que se nos viene a la cabeza es el color verde como primera asociación. Y sobre todo cuando hablamos y pensamos en la planta de marihuana. Sin embargo, las flores y las plantas del cannabis pueden variar y adoptar diversos colores.
Naranja, rojo, púrpura, rosa y hasta incluso negro pueden ser algunos de los colores que el cannabis puede apropiar. Sin dudas, el color predominante en las plantas es el verde, pero los anteriormente mencionados pueden aparecer gracias a un factor fundamental como son los pigmentos.

Pigmentos, Clorofila y Carotenoides
Los pigmentos son colorantes químicos naturales o sintéticos. En el caso del cannabis, este elemento se divide en diferentes clases: carotenoides; clorofila, flavonoides y antocianinas. Cada uno de estos factores tendrá una función que repercutirá en la forma en la que se verá la planta.
La clorofila es la responsable de dotar a la planta de su color verde ya que representa más del setenta por ciento de los pigmentos que contiene la planta, además es la que posibilita la supervivencia del vegetal ya que es la encargada de absorber las luz solar necesaria para realizar la fotosíntesis.
Las carotenoides son las responsables de los colores naranja, rojo y amarillo de las plantas. Este pigmento es sintetizado por todas las plantas verdes, aunque frecuentemente son enmascaradas por clorofilas y cuando transcurre el otoño estas se degradan y de esa manera permiten que las carotenoides muestren sus colores.

Flavonoides y antocianinas
Por otro lado, las flavonoides son las encargadas de dotar de colores a las flores de la planta, que se encuentran comúnmente en el área superior de las hojas y son las que hacen posible la pigmentación. Pero además cumplen una función fundamental en la defensa contra las plagas actuando como una suerte de insecticidas naturales. Y también bloquean los rayos ultravioletas del sol y hacen posible la fotosíntesis.
Las antocianinas son las que ofrecen una amplia gama de colores, y es un elemento presente en otros vegetales de colores llamativos como la remolacha. Este pigmento produce colores como el amarillo, rojo, azul, aranjado -combinado con carotenoides-, hasta el púrpura, de las Purple.
Ambiente, luz y temperatura
Pero otro elemento que influye en la variedad de colores es el ambiente en el que están las plantas, las temperaturas y, claro, la etapa de desarrollo. Durante el crecimiento, el color principal será el de verde intenso. Pero luego, en la etapa de floración, podrán aparecer una variedad de colores a causa del fotoperíodo.
Con la disminución de luz solar y una mayor prolongación del período de noche se producirá un cambio en el color de las hojas, que será más intenso a medida que la planta vaya madurando y alcance finalmente el punto máximo de esta etapa: la senescencia, que provocará la detenimiento en la producción de clorofila.
Eso se puede ver en épocas de frío con el cultivo de cannabis, ya que provoca también la inhibición de la planta en la producción de clorofila, lo que provoca la aparición de otros pigmentos como las antocianinas y la acumulación de este pigmento es lo que hará cambiar la tonalidad de la planta a un color púrpura o azul. Pero si la concentración de este es baja, las otras que podrán aparecer son las carotenoides y las plantas podrán adquirir una tonalidad más tendiente al rojo o naranja.
Y otro de los múltiples factores que pueden repercutir en el color de la planta son los nutrientes y el PH. En relación a los nutrientes, una disminución en el aporte de fósforo favorecerá la aparición de colores rojizos. En cuanto al segundo elemento, un PH básico favorecerá los tonos azules, un PH neutro los violetas y un PH ácido los tonos rojos.