Vivimos tiempos turbulentos. La Guerra de Ucrania ha sacudido al planeta hacia un nuevo orden geopolítico que nos pone de cara a un cambio de ciclo económico, dominado por la incertidumbre, el incremento de la inflación, un menor crecimiento -o directamente recesión- y una crisis de deuda potencialmente contagiosa a nivel global. La identificación de estas tendencias “estanflacionistas”, el aumento de la volatilidad y el temor que despierta el comportamiento de los mercados está empujando a los inversores financieros internacionales a adoptar una postura más prudente, a desarmar posiciones en activos de riesgo, y a posicionarse en aquellos más seguros.…