La normativa está dirigida a condiciones clínicas específicas donde la evidencia científica demostró tener beneficios.
El gobierno español aprobó un Real Decreto propuesto por el Ministerio de Sanidad que regula el uso de cannabis medicinal. La medida, anunciada el pasado 7 de octubre, representa un avance significativo en la integración de la planta en el sistema sanitario de España, buscando ofrecer una alternativa terapéutica a pacientes en los que los tratamientos convencionales no han resultado eficaces.
La normativa está dirigida a condiciones clínicas específicas donde la evidencia científica demostró tener beneficios, cómo el dolor crónico refractario, la espasticidad asociada a la esclerosis múltiple y ciertas formas graves de epilepsia refractaria.
Aunque el Real Decreto sienta las bases, los usos clínicos autorizados y sus condiciones específicas de elaboración, dosificación y prescripción serán fijados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) a través de monografías que publicará en el Formulario Nacional en un plazo de tres meses.
Para garantizar la seguridad y el control, la regulación establece requisitos estrictos en su dispensación y elaboración. En ese sentido, las fórmulas magistrales sólo podrán ser prescritas por médicos especialistas y deberán elaborarse y dispensarse exclusivamente en los servicios de farmacia hospitalaria.
Además, se crea un registro público gestionado por la AEMPS para inscribir todos los preparados estandarizados de cannabis utilizados, asegurando su calidad, composición definida (THC/CBD) y trazabilidad.
Con esta regulación, el Gobierno busca cimentar un modelo de medicina basada en la evidencia, más segura y personalizada. La estricta supervisión médica y farmacéutica, sumada a la posibilidad de actualizar continuamente las indicaciones clínicas según los avances científicos, garantiza un acceso equitativo y controlado para aquellos pacientes que no encuentran una respuesta efectiva en los medicamentos actualmente autorizados.