El objetivo de la iniciativa es reducir el número de muertes asociadas al consumo de estupefacientes. La instalación garantiza un espacio seguro para el usuario, además de acceso a servicios sanitarios y de apoyo psicológico.
Escocia inauguró la semana pasada en la ciudad de Glasgow la primera sala de consumo supervisado del Reino Unido, en respuesta al preocupante incremento del 12% en las muertes vinculadas a las drogas durante 2023.
Según explicaron los responsables de la instalación, este centro de consumo supervisado, denominado ‘The Thistle’, busca disminuir las muertes por consumo de estupefacientes y mitigar los riesgos asociados a ellas mediante la reducción de daños y evitar la persecución de los usuarios.
La “narcosala”, ubicada en el este de Glasgow, una de las áreas más afectadas por el consumo público de drogas, estará operativa los 365 días del año, desde las 9:00 hasta las 21:00 horas.
En la sala supervisada se permitirá que los usuarios de heroína o cocaína puedan consumir bajo supervisión médica, mientras tienen acceso a servicios de salud, apoyo psicológico y asistencia social.
El doctor Saket Pleadarshi, director clínico de ‘The Thistle’, indicó que se observó una alta concentración de muertes por drogas, además de un reciente brote de VIH entre personas que consumen mediante inyecciones.
“También hemos observado un número alarmante de hospitalizaciones debido a complicaciones relacionadas con estas prácticas”, detalló Pleadarshi tras la inauguración del centro.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Salud (NHS), Escocia encabeza las cifras europeas de muertes relacionadas con las drogas, con un total de 1.172 fallecimientos registrados el año pasado.
A su vez, en el centro de Glasgow se estima que entre 400 y 500 personas consumen drogas mediante inyecciones de forma pública y regular.
El ministro principal de Escocia, John Swinney, aseguró que hay un problema muy serio con las muertes por drogas en Escocia y defendió la medida ya que “puede ayudar a las personas a tomar un camino diferente hacia la recuperación”.
A su turno, el ministro de Sanidad, Neil Gray, destacó el centro como “un faro de esperanza” y afirmó que podría replicarse en otras partes del país si demuestra ser eficaz.
The Thistle
La sala de consumo supervisado en Glasgow cuenta con ocho cabinas para consumo supervisado, también dispone de áreas de recuperación, consultas médicas y servicios básicos como duchas y acceso a ropa. Además, conecta a los usuarios con programas de salud mental, asistencia para encontrar alojamiento y otros recursos sociales.
El espacio seguro contó con una financiación de 7 millones de libras, poco más de 8 millones de euros, por el gobierno escocés y forma parte de una estrategia gubernamental de reducción de daños, para disminuir el impacto del consumo de drogas en las comunidades, minimizar el riesgo de infecciones y conectar a los usuarios con recursos de recuperación.
La propuesta inicial del proyecto fue en 2016 y recién en 2023 la Fiscal General escocesa, Dorothy Bain, anunció que no sería de interés público procesar a los usuarios que se encuentren dentro de este tipo de instalaciones.
Situación en Argentina
El Licenciado en Psicología, Psicoanalista y Presidente de la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (A.R.D.A), Gustavo Zbuczynski, se mostró a favor de la medida.
“Estoy de acuerdo por una cuestión que tiene que ver con los índices que Escocia está teniendo en relación a las muertes por sobredosis”, señaló Gustavo en dialogo con Cannabica Argentina e indicó que toda política pensada desde la reducción de daños “debe ser pensada en función de cuáles son los problemas que tiene el lugar donde se implementa esa política”.
Al ser consultado sobre la posibilidad de que Argentina implemente una medida similar, Zbuczynski aseguró que este tipo de políticas no correspondería aplicarlas al país.
“Me parece que implementar una política como esta, como una sala de consumo supervisados para drogas inyectables en un lugar como Argentina, donde las drogas inyectables son un uso marginal, me parece que no está bien, no es una política adecuada”, afirmó.
Gustavo señaló que Argentina no tiene un problema en forma masiva al menos con respecto a drogas inyectables. “Uno podría pensar que una medida de este tipo en un lugar donde no lo necesita sería una forma de promocionar un tipo de consumo que nosotros no tenemos”, explicó.
Sin embargo, el presidente de ARDA, indicó que si se quisiera hacer sería “inviable” e “imposible” pensar una medida tan extrema de reducción de daños siendo que Argentina tiene una legislación que prohíbe todo tipo de políticas de este tipo, hasta inclusive las más inocuas.
“Por ejemplo, cuestiones que sí hacen falta en Argentina que son dispositivos en fiestas electrónicas, testeos y este tipo de cuestiones que nosotros venimos haciendo, por supuesto, hace muchísimos años, desde los años 2000, en forma ilegal”, afirmó Zbuczynski.
Además el profesional aseguró que el trabajo que realizan desde ARDA es a riesgo de ser encarcelados por la ley 23.737, que está vigente, y que califica “hasta incluso en otorgar información certera sobre cómo consumir una sustancia para que no produzca los mayores daños como apología del delito”.