Directo de la Patagonia Argentina, integrantes de la Fundación GEN llevan adelante la producción del primer aceite de cáñamo y esperan poder venderlo en las dietéticas en 2025.
Integrantes de la Fundación GEN de la localidad de General Roca, Río Negro, avanzaron en la producción del primer aceite de cáñamo comestible de la Patagonia mediante una semilla que ya se encuentra adaptada al Alto Valle. “Estamos en condiciones de decir que es el primero del país”, aseguraron desde la organización.
Martin Ancaten, Luciano Rivera, Lucas Calegari y Ricardo Peña son quienes forman parte de la ONG rionegrina que impulsa la investigación y el uso de cannabis medicinal y el cáñamo industrial. Además, lanzaron, a mediados del 2023, la primera incubadora de emprendimientos y proyectos relacionados con la producción de la planta en la provincia.
Según explicaron, la organización trabajaba desde 2019, año en que obtuvieron la personería jurídica, en una semilla de cáñamo que se pudiera adaptar al suelo provincial.
Tras lograrlo, Ancaten comentó que este año pudieron obtener una gran cantidad de semillas suficientes para comenzar con la investigación y realizar la extracción del aceite de cáñamo y prevén producir también harina.
“Ahora queda hacer todos los estudios para pedir las habilitaciones necesarias, ya que el cáñamo se encuentra dentro del Código Alimentario Argentino (CAA), y esperamos estar en góndola el año que viene”, explicó Martín.
Las semillas de cáñamo integran la categoría de “semillas comestibles” en el CAA desde noviembre de 2023 tras la publicación de la Resolución 31/2023 llevada a cabo en conjunto entre la Secretaría de Agricultura y el Ministerio de Salud de la Nación.
Ancaten indicó que actualmente la Fundación GEN realiza un trabajo en conjunto en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) para que realicen los estudios en los laboratorios sobre las muestras obtenidas por la ONG que, si dan bien, les permitirá ir de una etapa investigativa a una de producción.
Por su parte, Luciano Rivera, aseguró que ya vienen consumiendo el aceite desde el año pasado. “Recién este año pudimos agrandar las pruebas con el aceite y la harina como para poder cocinar y darle a distintos cocineros de la zona para que lo testen”, señaló.
“Este año nos estamos preparando para tener un cultivo más extenso que nos permita el año que viene tener volúmenes de aceite y harina como para poder vender a proveedores”, afirmó Rivera.
Desde la ONG confirmaron que la genética de cáñamo con la que trabajan se encuentra en proceso de inscripción en el Instituto Nacional de Semillas (INASE) a la espera de su aprobación. “Es una variedad de cáñamo industrial, tiene 0,3% de THC”, detalló Luciano.
El desarrollo de la industria
Según informaron desde Fundación GEN son varios los registros de semillas de cáñamo que esperan ser aprobados y otros que ya fueron aprobados por el INASE. Ancaten aseguró que eso es “altamente beneficioso para nosotros” y que esperan que aparezcan más semillas, “otras variedades”.
“Queremos que se desarrolle un polo productivo en el Alto Valle de Río Negro, entendiendo que las condiciones son optimas”, señaló Ancaten y agregó que se trata de un cultivo que vino para quedarse y que “son innumerables la cantidad de productos que se pueden hacer y los beneficios que tiene la planta para el suelo y el agua”.
Permisos con los que cuenta la Fundación GEN
Actualmente la Fundación GEN se encuentra inscripta en dos categorías de INASE para trabajar con cannabis y cáñamo:
- F – COMERCIANTE EXPENDEDOR. Es aquel que comercializa semilla producida por terceros. No está autorizado a multiplicar semilla ni a rotular.
- K – VIVERO IDENTIFICADOR. Produce material de propagación agámica (esqueje) o plantines de variedades de un criadero. Puede producir y rotular su producción. Incluye también a aquel que únicamente comercialice variedades de terceros en forma de plantín o esqueje.